Del 26 de Septiembre al 3 de Octubre.
Es primordial fomentar la toma de conciencia sobre la importancia de la Palabra de Dios en la vida del cristiano, para que los católicos despierten a la oportunidad de conocer, orar y vivir la Palabra, fortaleciendo la fe personal, interpersonal y comunitaria. La intención de la Semana Bíblica, al igual que de la Formación Bíblica, es conocer las Escrituras porque “Conocer la Escrituras es conocer a Jesucristo” dice San Jerónimo, patrono de la Pastoral Bíblica.
Acerquémonos con fe a la Palabra de Dios, dejemos que ella sea verdaderamente 'luz en nuestro camino' (Salmo 118,105).
UN MÉTODO SENCILLO QUE ENRIQUECE
La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Se trata de un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante pero simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
1. Lectura
2. Meditación sobre lo que se ha leído
3. Oración
4. Compromiso a poner en práctica lo que se ha leído
La lectura orante siempre desemboca en un desafío por vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y a cambiar nuestra vida. Esta lectura, practicada en comunidad, constituye una «puerta-espejo» que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.
Es primordial fomentar la toma de conciencia sobre la importancia de la Palabra de Dios en la vida del cristiano, para que los católicos despierten a la oportunidad de conocer, orar y vivir la Palabra, fortaleciendo la fe personal, interpersonal y comunitaria. La intención de la Semana Bíblica, al igual que de la Formación Bíblica, es conocer las Escrituras porque “Conocer la Escrituras es conocer a Jesucristo” dice San Jerónimo, patrono de la Pastoral Bíblica.
Acerquémonos con fe a la Palabra de Dios, dejemos que ella sea verdaderamente 'luz en nuestro camino' (Salmo 118,105).
UN MÉTODO SENCILLO QUE ENRIQUECE
La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con la voluntad de Dios. Se trata de un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura orante pero simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más comunes:
1. Lectura
2. Meditación sobre lo que se ha leído
3. Oración
4. Compromiso a poner en práctica lo que se ha leído
La lectura orante siempre desemboca en un desafío por vivir. La Palabra de Dios nos desafía a seguir los pasos de Jesús y a cambiar nuestra vida. Esta lectura, practicada en comunidad, constituye una «puerta-espejo» que nos interpela y nos ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.